Muchas veces los usuarios solo se preocupan por realizar una limpieza de los programas que han instalado en sus ordenadores con el paso del tiempo. Sin embargo, lo cierto es que los equipos (torre, teclado o pantalla) también deben limpiarse regularmente. Limpiar un ordenador es una tarea importante, pues se suelen acumular muchos residuos del día a día.
El polvo, las pelusas y los restos de comida se adhieren a los diferentes componentes de un ordenador, pues por muy limpia que está una casa u oficina, los ordenadores acaban cogiendo suciedad aunque no se aprecie a simple vista. Mantener limpio un PC no es solo pasarle un paño húmedo por encima dos o tres veces a la semana; los ordenadores, debido a sus posiciones y al uso que se les da, van cogiendo suciedad que no se limpia tan sencillamente.
Según pasa el tiempo cualquier dispositivo comienza a sufrir pequeños problemas por la acumulación de polvo y suciedad. Aunque sea difícil percibirlo al principio, los disipadores y ventiladores comienzan a funcionar mal debido al polvo acumulado en las rejillas, provocando que el aparato alcance altas temperaturas y se ralentice. En las pantallas, teclados y altavoces es más perceptible el polvo, pues son partes que se tienen delante y se ven cada día, aunque aun así no es perceptible la suciedad que acumulan en su interior.
Guía sobre cómo limpiar un ordenador
Los ordenadores de sobremesa están compuestos por diferentes componentes: la torre, la o las pantallas, los altavoces, el ratón y el teclado, más todo aquello que se le haya querido añadir. En ellos se va acumulando suciedad que acaba dificultando que rindan en su máximo potencial. Para prevenir cualquier complicación, lo mejor es limpiar un ordenador con los consejos que los especialistas de Informático Granada ofrecemos a continuación:
Limpiar las pantallas
Limpiar las pantallas es muy sencillo, pero para hacerlo correctamente es necesario utilizar un producto desinfectante debido a que suelen acumularse muchos restos, bacterias y polvo.
La mejor forma es coger un paño de gamuza y humedecerlo ligeramente, añadir el limpiador antibacteriano junto con un poco de agua destilada y frotar suavemente la superficie y todos los rincones. Una vez limpia la pantalla, también hay que retirar el polvo que se ha acumulado en el pie o en la zona trasera.
Limpiar teclados y ratones
Al igual que ocurre con las pantallas, el teclado y el ratón están expuestos al polvo, pero también a la grasa de las manos y a las bacterias que se acumulan en las superficies. Limpiar el ratón es más sencillo, pues desmontarlo o no dependerá del modelo que se tenga. Al igual que con la pantalla, es necesario pasarle un paño húmedo con desinfectante por todas partes.
Los teclados son algo más complejos, en algunos casos se pueden desmontar y en otros existen apliques para los aspiradores que pueden pasarse por las rendijas de las teclas. Otra opción es poner el teclado boca abajo y moverlo suavemente para que salga toda la suciedad que se haya acumulado en su interior. Todo esto siempre hay que hacerlo cuando esté desconectado.
Desmontarlo puede ser una labor algo entretenida, pero lo cierto es que así es como más limpio queda, ya que se puede lavar pieza por pieza y eliminar todos los restos.
Luego, al igual que con los anteriores elementos, es necesario pasarle un paño húmedo con desinfectante, pues el teclado es uno de los elementos que más se ensucian debido a que muchos usuarios comen delante del ordenador.
Limpiar el interior de la torre (ordenador)
Es quizás uno de los puntos más trabajosos. Para ello hay que desmontar la torre, abrirla e ir extrayendo la mayor cantidad de elementos que sea posible. Lo primero es aspirar lo más que se pueda para retirar las pelusas más grandes y la mayor cantidad de polvo. Si se cuenta con un dispositivo de aire a presión, es aconsejable utilizarlo para alcanzar aquellas zonas más recónditas a las que no puede llegar un paño ni un aspirador.
Una vez se haya aspirado o soplado todo, se llena un cubo con agua limpia y desinfectante, y con un paño húmedo se empiezan a limpiar de manera sutil aquellas piezas que puedan ser mojadas. Hay que ser muy cuidadosos y guardar bien los tornillos que se vayan quitando para poder volver a montarlo de nuevo y que quede todo en su sitio