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Obsolescencia tecnológica: tus equipos electrónicos tienen fecha de caducidad

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Al parecer, a diferencia de los seres humanos, los equipos electrónicos parecen tener, cada vez, una expectativa de vida más limitada. Con una velocidad inusitada, laptops, tablets, smartphones y otros aparatos electrónicos cuentan con una vida útil cada vez más corta, hecho este que contrasta con las capacidades de desarrollo tecnológico que hoy disponemos. Es una verdad incontrastable que hoy sea común decir que existe una gran obsolescencia tecnológica: tus equipos electrónicos tienen fecha de caducidad, aún antes de comprarlos. La vertiginosa obsolescencia tecnológica a la que estamos sometidos trae aparejados numerosos inconvenientes, sobre todo en materia de medioambiente.

Hablemos de obsolescencia tecnológica

Este concepto se ha popularizado y tiene que ver con el hecho que los equipos electrónicos son reemplazados por versiones más nuevas, con detalles que los distinguen de la anterior y que induce a los usuarios a su reemplazo.

En muchos de los casos, esa obsolescencia es el producto de una competencia despiadada del mercado de equipos electrónicos. Esto es común verlo en los teléfonos inteligentes, la batalla por la conquista del mercado por parte de Apple y Samsung parece destinada a que, de un año a otro, nuestros teléfonos se vuelvan ancianos, dejan de estar de moda y si no adquirimos la nueva versión dejaremos de pertenecer al selecto grupo que cuenta con las últimas novedades.

Las nuevas versiones que van apareciendo en el mercado de equipos electrónicos presentan modificaciones que son imperceptibles o sencillamente innecesarias. Pero, la versión anterior del equipo ha caído en la obsolescencia.

Si nos focalizamos en el mercado de las notebooks, teléfonos o tablets, éstos son fabricados más delgados, lo que obliga a que sus componentes sean cada vez más pequeños y su integración, más compleja. El resultado es que su reparación se realiza a precios exorbitantes que, en muchos casos, termina “justificando” el cambio de la unidad por una versión más nueva.

Algo similar ocurre con los softwares, que se desactualizan a gran velocidad y aunque el hardware siga funcionando, se desarrollan nuevos programas que son incompatibles con ese hardware. La obsolescencia tecnológica está más vinculada a la voracidad del mercado que a cambios sustanciales en los equipos.

La obsolescencia programada

Aunque parezca increíble, muchos fabricantes de equipos electrónico trabajan con el concepto de obsolescencia programada ¿en qué consiste? Es muy sencillo, parte de los equipos de técnicos de las empresas, están dedicados a calcular y desarrollar equipamiento con una vida útil determinada.

Este mecanismo hace que, transcurrido ese período de vida útil, el equipo electrónico comience a manifestar fallas en su funcionamiento, su rendimiento pasa a ser muy inferior al que tenía y comienzan las averías frecuentes. Nuevamente, los costes de reparar estos equipos se vuelven muy elevados y la solución a la que debemos recurrir es adquirir la última versión para evitarnos los dolores de cabeza que implica la posible pérdida de información o una mala funcionalidad.

Los riesgos de la obsolescencia tecnológica

Arrancamos este artículo señalando, la obsolescencia tecnológica: tus equipos electrónicos tienen fecha de caducidad. Pero esto no sólo entraña un severo problema para tu bolsillo. La obsolescencia tecnológica a una velocidad increíbles, es la responsable principal de la generación de miles de toneladas de desechos de componentes electrónicos que se convierten en basura, que debe ser tratada y con costes muy elevados, que afectan a toda la población.

Si nos ponemos a analizar en profundidad, la obsolescencia tecnológica tiene poco que ver con la funcionalidad que pueden ofrecernos los equipos electrónicos y mucho de marketing y los movimientos del mercado.

Hace poco, alguien me comentó que había decidido reemplazar su “vieja” lavadora de ropas, que había comprado hace sólo un año, por una versión más moderna que contaba con Wi-Fi y que podía enlazarla a su teléfono. Cuando le pregunté qué beneficios le aparejaba la adquisición de la nueva lavadora me dijo que ahora podía ponerla en funcionamiento desde su teléfono, claro que el trabajo de colocar la ropa, agregar el jabón y el suavizante y elegir el programa correspondiente debía hacerlo de la misma manera que lo hacía con su antigua lavadora. Una gran inversión para estar “a la moda” y poder arrancarla desde el teléfono.

Conclusiones

Es importante señalar que no todos los fabricantes apuestan a la obsolescencia tecnológica y que tus equipos electrónicos tengan fecha de caducidad. Muchos de ellos eligen hacerse fuertes en la otra punta del mercado, desarrollando equipos que se caracterizan por su fortaleza, su durabilidad y su servicio técnico post venta accesible.

Lo importante, más allá de la moda o de las marcas de mayor prestigio, es que siempre tenemos la posibilidad de elegir equipos electrónicos más durables, totalmente funcionales a las tareas que les queremos asignar y por ende, con un resultado económico más al alcance de nuestras posibilidades.

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